La política, en una acepción clásica, es la actividad en virtud de la cual, una sociedad libre resuelve los problemas que se plantean en la convivencia colectiva. Es un quehacer orientado al bien común. Y eso, el bien común, es lo que nos interesa como vecinos y vecinas de Cijuela y como miembros de la candidatura GANAR CIJUELA.
Queremos desterrar el miedo y la crispación de nuestro pueblo. Queremos un municipio habitable y amable que conecte con el corazón y las mentes de quienes han mantenido vivo este enclave de la Vega con su trabajo y su actividad cotidiana y de aquellos y aquellas que han tenido que marcharse por falta de perspectivas por culpa de las políticas de los malos gobiernos. Queremos, también, un pueblo en el que sus habitantes puedan participar en la vida democrática sin tener miedo por ello, sin que la gente tenga que pagar el precio de sufrir ataques personales o a familiares, distribuidos mediante buzoneo, por ejercer la participación. Y que eso sea así independientemente del carné que tenga cada uno, según lo que diferencia a los regímenes democráticos de los totalitarios.
Nunca diríamos “bananeros”, por cierto, por ser un término más propio de opciones elitistas que poco tienen que ver con la democracia y por significar una cierta falta de humildad en una tierra estragada por el desempleo, la pobreza, la falta de un modelo productivo propio y la corrupción estructural en los gobiernos central y autonómico.
Queremos, por todo lo anterior, romper con el círculo de crispación que generan determinados panfletos llamados “boletines informativos” por suponer una falta de respeto a nuestros vecinos y vecinas, intentando utilizarlos como masa de maniobra contra miembros de nuestra candidatura. En dicho boletín se afirma que “el pueblo no es tonto”. Nosotros y nosotras suscribimos esa afirmación, pero nos gusta hacerlo con veracidad, ampliándola al conjunto del pueblo. No nos gusta que se tilde de tonto a quien vote una opción distinta. Queremos una Cijuela para todos sus habitantes.
No queremos introducir ni odio ni insultos chabacanos en sus buzones y sí, en cambio, repartir invitaciones a participar, como las personas que formamos y damos vida a esta nueva agrupación, de la alegría de lo público; a participar como ya participan muchas personas, muchas familias de Cijuela, en plataformas que les permiten defenderse de los abusos de los banqueros y las leyes injustas, porque entendemos que una parte fundamental de la vida democrática consiste en la participación de la gente organizada para defender sus intereses y hacerlo de manera autónoma, independiente, sin que nadie hable en su nombre.
